Texto: Salmo 51.1-17
Introducción:
Este salmo es una oración de confesión de David después de que vino a él el profeta Natán enviado por Dios a denunciar los graves pecados que el rey había cometido
contra Dios y contra personas inocentes. En momentos de ocio David vio a una hermosa mujer de la cual se sintió completamente atraído, a tal grado que llegó a tener relaciones sexuales con ella; esta mujer llamada Betsabé quedó embarazada, situación que complicó tremendamente las cosas, pues ella era casada con un fiel hombre llamado Urías. David intentó manipular las cosas para que el bebé pareciera ser del esposo de Betsabé, al ver fracasado su plan buscó la manera de que aquél fuera matado en la guerra. La descripción completa de los hechos precedentes a esta oración sublime la encontramos en 2S 11-12.15.
Este y otros salmos muestran que el rey David se sintió verdaderamente arrepentido. Analizaremos las actitudes de David mostradas en esta oración.
I DAVID APELA A LA PIEDAD Y MISERICORDIA DE DIOS. En el v1 dice: ...
David no se afirma en sus propias obras pasadas, no le saca en cara a Dios todo lo que ha vivido: sufrimientos, pérdidas, andar huyendo de Saúl, etc.. No dice "Dios, acuérdate que tú dijiste que yo era un varón conforme a tu corazón así es que perdóname". Sencillamente, lo que hace es humillarse hasta besar la tierra y llorar de todo corazón pidiendo misericordia. Este gran rey, a quien el pecado ha rebajado a la condición de un gusano, se aferra a lo que nunca podrá fallar "la multitud de las piedades de Dios”.
David conoce a Dios por experiencia propia, no necesita que le estén contando cómo actuar con Dios, ¡ han tenido tantas vivencias juntos! Ha recibido tanta revelación divina, es cosa de leer los salmos. ¡Cuántas veces, tal vez sin darse cuenta, el Espíritu Santo utilizó sus labios para entregar palabra profética! Como lo conoce sabe que Dios no cambia, que es tardo para la ira y grande en misericordia.
Por ello y más, David tiene la certeza que Dios lo perdonará. Este rey ha conocido tanto de las misericordias divinas, cuántas veces la amargura provocada por sus pecados fueron dulcificadas con el inigualable perdón de Dios.
II DAVID RECONOCE SU CONDICION. En los vv2-5 leemos ...
Estos pasajes claramente nos muestran que David sabe que ha pecado contra Dios. El primer paso para recibir el perdón divino es reconocer nuestra desobediencia ante los mandamientos bíblicos.
Reconoce su naturaleza pecaminosa. No está diciendo que las relaciones sexuales entre su padre y madre a través de las que fue concebido hayan sido pecaminosas, sino que por el hecho de pertenecer a la raza humana tiene tendencia al pecado.
Y, por sobretodo, sabe que no es digno de perdón, por lo tanto, cualquier disciplina que se le aplique será justa. Veo a este hombre quebrantado por la culpa, sabiendo que con sólo dar la orden Dios puede hacerlo desaparecer, pero también lo veo aferrado
con todas sus fuerzas a su única posibilidad de salvación: Por naturaleza Dios jamás rechaza a un corazón contrito y humillado. "¡Esa es mi posibilidad!", dice David. "Oh, Dios Todopoderoso, perdóname, perdóname, hazlo por amor a tu Nombre.” Después de esto,
III DAVID CONFIESA SU FE EN LA OBRA DE DIOS. Leamos los vv 6-9:
Pese a todo lo que está viviendo, David cree que si Dios lo purifica, él será limpio. Basta con que el Señor intervenga en una vida para que esta sea transformada. Día a día Dios limpia la vida de millones, quienes postrados ante Él son restaurados para la gloria de su Nombre .
David cree en la obra perfecta de Dios. Tiene la certeza de que la intervención divina en su vida será suficiente para que él cambie. ¡La perfección de Dios es completa, todo lo que Él hace es perfecto! Si Él dice que cambiará su vida, es porque lo hará.
Cree que el gozo y la felicidad volverán a él. Todos hemos fallado a Dios en algún momento, por experiencia propia sabemos que el pecado nos aleja de Dios, sentimos un desasosiego; al recapacitar y sentir el peso de la culpa un profundo dolor se adueña de nosotros; la corta delicia que un tiempo pudo otorgar El pecado, se transforma en una larga agonía. David sabe que con el perdón divino también vuelven el gozo y la felicidad, por eso lo dice.
El enemigo quiere hacernos creer que nuestro pecado es tan grande que es imposible ser perdonados. ¡Mentira! La eficiencia y eficacia de la sangre de Cristo se cumple con cualquier pecado. Lo que Satanás quiere es empequeñecer la obra de Cristo en el Calvario, pero no puede porque el poder y victoria logrados a través del sacrificio de Jesús no pueden ser ocultados. La exigencia de Dios para otorgar el perdón puede ser resumida en estas pocas palabras “arrepentimiento sincero, confesión y fe en la misericordia del Señor”. ¿Se da cuenta? El recibir el perdón sólo depende de usted.
IV DAVID MUESTRA AL SEÑOR SU NECESIDAD ESPIRITUAL. Leamos los vv 10-12 ...
Este rey sabe tan bien que ha pesar de todo el perdón que se le pueda otorgar, por su naturaleza humana el corre el riesgo de volver a caer; por lo tanto, David necesita un corazón nuevo y limpio, desea que esa tendencia suya que le llevó a cometer adulterio con Betsabé y homicidio contra Urías se termine, ya no quiere volver a pasar por lo mismo.
David necesita que Dios renueve un espíritu recto y obediente en él. Él sabe lo bueno para hacer y lo malo para no hacer, pero el conocimiento no basta para llevar una vida de santidad, eso sí nos hace más responsables de cómo hemos de actuar (las Escrituras establecen un ay para los que sabiendo hacer lo bueno, no lo hacen); aparte de todo eso debe ser recto y obediente de corazón y sólo Dios puede cambiar a tal profundidad.
David necesita volver a estar en la presencia de Dios. Cuando Adán y Eva pecaron fueron condenados a morir: fueron expulsados de la presencia de Dios, el vínculo perfecto que mantenían fue roto por el pecado. La Biblia dice "La paga del pecado es muerte". Jesús oró en Getsemaní llorando amargamente debido a la más terrible experiencia jamás vivida por él: la separación de su Padre celestial, su profundo dolor no era ocasionado por la crucifixión que se avecinaba ni por la muerte física (sabía que resucitaría al tercer día), él sufría porque por primera vez su comunión con Dios Padre se vería rota. En la cruz le oímos clamar ”Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Dios Padre alejó su presencia de Jesús porque en ese momento nuestro amado Señor cargaba con todos nuestros pecados y los de toda la humanidad de todos los tiempos, por nosotros fue hecho pecado y maldición, aunque él no cometió pecado alguno. En ese momento, Jesús no estaba en condiciones de estar en la presencia de Dios Padre porque Él es perfectamente santo. El pecado nos aleja de Dios, por esto es que David clama ser restituido delante de Dios, se sabe perdonado.
David necesita recobrar el gozo de la salvación. Parte del fruto del Espíritu en el creyente es el gozo, y este sólo puede ser disfrutado por aquel que ha nacido de nuevo. El pecado jamás ha sido el detonante para el gozo, tarde o temprano el pecador sólo distingue la amargura.
V DAVID SE COMPROMETE. Los vv 13-17 nos muestran el compromiso del rey ante Dios: ...
La consecuencia lógica después de todo el proceso de restauración es que David anhelaba compartir su experiencia con los otros. Es lo que debemos hacer todos: compartir lo que hemos aprendido. Todo padre aconseja a sus hijos para que éstos no cometan los mismos errores, no quieren verlos sufrir las mismas consecuencias de ellos en sus vidas. David está gozoso por haber sido perdonado y tiene mucho que decir al respecto.
Por ello es que David se compromete a enseñar a los pecadores el camino de Dios. Él fue uno de ellos, sabe como trabaja el enemigo para atrapar a los descuidados, ha aprendido tanto de esta experiencia.
Se compromete a testificar la justicia de Dios. ¡Cuán hermoso es recibir la gracia del perdón divino! Nuestro corazón rebosa de testimonio gratitud y la única salida para no explotar de dicha es glorificando Su Santo Nombre. David tiene que contarle a los demás de la justicia divina, tiene que decir a todo el que vea que Dios destruirá a todo el que pecare a menos que éste se arrepienta de sus desviados caminos.
Y finalmente, se compromete a presentar sacrificio de alabanza a Dios, quien se agrada del espíritu quebrantado. Qué mejor que reconocer la grandeza de la persona de Dios.
Conclusión: De la misma manera que David, todos los que han pecado y están abrumados por los sentimientos de culpa pueden encontrar el perdón, la limpieza de sus pecados, la restauración y la gracia divinas, si se acercan a Dios en el espíritu y en las palabras de este salmo. La súplica de David de renovación se basan en la gracia, la misericordia, la bondad y la compasión de Dios, en un corazón de veras contrito y humillado, y, por sobre todo en la muerte expiatoria de Cristo por los pecados de los seres humanos.
Si usted ha pecado contra Dios y otros y aún no ha arreglado las cuentas con Él no deje pasar más el tiempo. Está en sus manos la situación: recuerde que nuestro amado Señor ha dispuesto todo para que usted vuelva a Él. No demore más el momento de la reconciliación. Ya basta de servir de muñeco de Satanás. Imite a David, no en vano quedó registrada su experiencia:
(Repaso de divisiones)
Y como le dijo Jesús a la mujer adúltera: "Vete y no peques más”.
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