14/8/08

EL MENSAJE PROFÉTICO A LA IGLESIA


Introducción:
Desde la primera página de la Biblia podemos darnos cuenta de que Dios siempre ha procurado mantener una estrecha comunicación con su creación, especialmente con los que después integraron el pueblo elegido. Él decidió levantar personas escogidas que escucharan su voz y entregaran fielmente el mensaje que tiene para toda la humanidad.

ASÍ COMO EN LOS TIEMPOS DE LOS PROFETAS, HOY DIOS TAMBIÉN TIENE UN MENSAJE PARA SU PUEBLO, el que básicamente habla acerca de cuatro temas:

I El primer tema del mensaje profético a la Iglesia trata ACERCA DE LA NATURALEZA DE DIOS.

Siendo Dios un tema inagotable, nos impondremos la difícil tarea de hablar sobre algunos pocos atributos de su Persona.

El Señor posee atributos respecto de la creación: Él es el Creador y Todopoderoso gobernante del universo (Is 40.28); por lo tanto, es el soberano de la historia cuyos acontecimientos sirven para sus propósitos de salvación y juicio: Is 45.1 habla de Ciro, este rey sin saberlo había sido elegido por Dios para hacer retornar a Israel a sus tierras añoradas; Hab 1.6 se refiere a los caldeos quienes por sus características crueles fueron autorizados por el Señor para castigar a Judá por sus transgresiones.

Dios también posee atributos morales: su mensaje siempre nos habla de la santidad y justicia divinas, atributos que le llevan a aborrecer y castigar el pecado. En Neh 9.33 se nos habla de que hemos recibido castigo justo porque hemos actuado pecaminosamente delante de Dios. Él es misericordioso y paciente, estos atributos le llevan a agotar todos los recursos antes de castigarnos por nuestras rebeliones. El salmo 103.8,10,11 dice: ...Un atributo divino que nos invita a descansar confiadamente en Él es su fidelidad, Dios es fiel a su Palabra: tengamos la certeza de que lo que Dios dice, cumple.



II El segundo tema del mensaje profético trata ACERCA DE LA CONDICIÓN DE SU PUEBLO (LA IGLESIA).

Is 58.1-2 dice: ...El Dios Todopoderoso nos ordena que sin tardanza ni timidez declaremos las transgresiones en las que ha incurrido su pueblo: El profeta Oseas, según leemos en el libro del mismo nombre, fue ordenado por Dios a contraer matrimonio con una mujer fornicaria, la que al tiempo después adulteró; esta situación fue usada por Dios para mostrar al profeta la actitud de Israel quien perteneciendo al Señor había ido en pos de dioses ajenos. Al vivir en carne propia la desdicha de saber que su amada se había entregado a otros amantes, Oseas pudo comprender en forma aproximada el dolor que Dios estaba sintiendo al ver que su pueblo se estaba alejando de Él. En el libro de Oseas Dios acusa a su pueblo de adulterio, y en el plano espiritual esto no es menos que idolatría. Esta acusación es totalmente vigente: Hoy Dios sigue diciendo: Mi pueblo está en adulterio porque en su corazón he sido postergado, otros amores están ocupando el lugar que a mí me corresponde. Una mañana desperté hablando dormida, decía: Ante cualquier situación que se me presente, siempre debo elegir a Dios. ¿Es una realidad en nuestras vidas? ¿Elige usted siempre a Dios? Cotidianamente vivimos muchas situaciones en las que debemos enfrentar una elección: si nos atrasamos, dejamos la oración para después: no elegimos a Dios; si estamos entretenidos en la TV o en alguna otra actividad y es hora de ir a la iglesia pensamos "5 minutitos de atraso no molestan al Señor": nuevamente no elegimos a Dios. Dedíquese un día a contar todas las veces en que se enfrenta a una decisión en la que Dios es una de las alternativas, ¿qué hace usted? ¿Qué lugar tiene el Señor? Si no es el primero entonces usted es culpable de idolatría.

Is 1.11-17 dice: ... En este pasaje Dios acusa a su pueblo de una religiosidad inútil, se hacen tantas cosas con apariencia santa, pero que en realidad lo único que provocan en Dios es asco a causa de la hipocresía de los que la ejecutan. ¿Qué está pasando en su vida personal con Cristo? ¿Cuál es su verdadera motivación al orar, al congregarse, al cantar? ¿Rutina? ¿De qué nos sirve el ofrendar, diezmar, si lo primero que llega a la presencia del Señor es el mal olor que rodea nuestras vidas a causa del pecado que nos ha corrompido? ¡Ya no más, dice el Señor! Estoy cansado de sus ofrendas (Is 29.13)... con cuanta indiferencia viven sus vidas con doble estándar: cantan, sonríen, dicen "Dios le bendiga", pero yo sé, dice el Señor, lo que realmente hay en ellos.

En Is 5.20 se lee: ...¡ Hemos visto tanto pecado a nuestro alrededor que ya ha pasado a ser parte del paisaje y no logramos notar la diferencia entre lo bueno y lo malo, pero hay otros que han caído a niveles aun más bajos cambiando los mandamientos de Dios por los propios; dicen: "¿Cómo va a ser malo si todo el mundo lo hace? Es normal. Si los jóvenes tienen relaciones prematrimoniales por amor no es pecado, porque Dios es amor, ¿no dice eso la Biblia?" pero Dios dice: "¡Mentiroso! Mi santidad no ha disminuido y delante de mí no habitará lo inmundo".

En Hg 1.3-11 leemos: ...En este pasaje el Señor reprende duramente a su pueblo porque ha descuidado la casa de Dios debido a sus afanes materialistas personales, habían vivido un tiempo de gran prosperidad económica, pero como suele ocurrir la abundancia material llenó sus corazones, llevándoles a olvidarse de la obra de Dios, el templo estaba en mal estado pero ellos incluso tenían casas de temporada. En Mal 3.6-10, Dios reclama que no han sido destruidos sólo porque Dios es estable en su decisión, pero que deben cambiar de conducta porque han robado al Señor reteniendo los diezmos, ofrendas y primicias que le corresponden. Esta es la misma denuncia de Hageo: Descuido de la obra. ¿A qué hemos sido traídos a este mundo? ¿A levantarnos temprano en la mañana, tomar el transporte para llegar al trabajo, detenernos a la 1 PM para almorzar, reintregarnos a las 2 pm y seguir trabajando hasta las 6 pm o incluso más tarde, llegar a casa, comer, apenas conversar con la esposa y los hijos, luego partir a la iglesia (si es que lo hace en la semana), regresar y dormir? Discúlpeme, pero Dios jamás pensó en darnos una rutina diaria tan poco estimulante como la descrita; muy por el contrario, estamos aquí para darle sabor a esta tierra, para que Dios pueda ver a la humanidad con la luz que proyectamos. Usted en sí mismo es bendición por ser hijo de Dios, vamos muévase, produzca, bendiga la obra. Gastamos tanto tiempo trabajando para tener posesiones propias y pareciera que nunca surgimos, ¿por qué? porque Dios no puede bendecirle si usted le ha relegado a un miserable segundo lugar en su vida.

Abdías 1:10-11: ...La acusación aquí es contra los descendientes de Esaú quienes viendo como los descendientes de Jacob eran dañados por sus enemigos, los edomitas no sólo no los ayudaban sino que además se regocijaban en su derrota y también les destruían. Esaú y Jacob los que una vez fueron hermanos. Cuando usted llega a su congregación ¿qué ve? ¿Personas? No, más que eso, usted ve a los que han sido lavados por la sangre de Jesús, usted ve a hermanos suyos que Dios ama tanto que dio a su único Hijo para procurarles la salvación, en síntesis, lo que sus ojos ven son otros iguales a usted. A través de Pablo sabemos que nuestro deber de provisión es primero con la familia de la fe, es decir, sus hermanos en Cristo. En Jn 13.34-35, Jesús dijo: ...El amor hacia los otros es la señal que el mundo reconoce en los seguidores de Cristo. ¿Qué señal ven en usted los inconversos que le conocen?

III El tercer tema del mensaje profético a la iglesia trata ACERCA DE LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO.

En Ro 6.23 Pablo nos dice que: "La paga del pecado es muerte", es tan clara la verdad establecida en estas pocas palabras que realmente es innecesario detenernos en más explicaciones. El que peca, muere. Pero ¿cómo trabaja el pecado para llevar a la muerte? La persistencia en el pecado lleva a la destrucción porque nos separa de Dios, la persistencia en el pecado contrista al Espíritu Santo hasta que finalmente se retira de la vida de aquel que prefirió las tinieblas a la luz, dejándonos el Espíritu Santo es porque hemos caído en la apostasía personal y no hay vuelta atrás, pues sin el Espíritu Santo ¿quién nos convencerá de pecado, quién nos llevará al arrepentimiento, quién nos guiará a Cristo? Él es el que cumple estas funciones. Usted que aún realiza prácticas pecaminosas ¿hasta cuándo cree que estirará el elástico sin que éste se corte?

IV El cuarto tema del mensaje profético a la iglesia trata ACERCA DEL LLAMADO DIVINO AL ARREPENTIMIENTO.

Toda acusación de pecado, toda reprensión están motivadas por el deseo de Dios de que cambiemos de vida para no ser destruidos. Es Su amor el que dice en Hch 3.19: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,; en 2Co 5.20 "a través de Pablo el mismo Dios dice: Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios."

Pero no basta con solo decir "me arrepiento", en Mt 3.8 Juan el bautista aquel que preparó el camino para el Señor predicando y practicando el bautismo del arrepentimiento dijo: "Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento". Dios no quiere solo que nos lamentemos por haber pecado, la palabra que se traduce al castellano como arrepentimiento significa "cambio de mentalidad", es una expresión que invita a un cambio total respecto del pecado y a un retorno completo a Dios. Muchos dependen de las emociones y esperan diversas manifestaciones como lágrimas, escalofríos, un dolor punzante en el pecho, etc.,pero el arrepentimiento no es cuestión de sensación, es volverse de los pecados a Dios. Una de las mejores definiciones de lo que arrepentirse es la dio un soldado. Cuando se le preguntó cómo se había convertido, contestó: "El Señor me dijo: Alto. Atención. Media vuelta a la derecha. Marche. Yo sencillamente obedecí".

El arrepentimiento sincero alcanza el perdón de Dios, en Mi 7.18-20 leemos: 18 ¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia. 19 El tornará, él tendrá misericordia de nosotros; él sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados. 20 Otorgarás á Jacob la verdad, y á Abraham la misericordia, que tú juraste á nuestros padres desde tiempos antiguos.

El arrepentimiento mueve a Dios a borrar y a olvidarse de los pecados tal como lo leímos anteriormente en Hch 3.19.

El arrepentimiento es indispensable para la salvación, 2Co 7.10 dice: "La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación".

Conclusión: ¡Iglesia, oye la voz de tu Dios! Él dice que "porque Él no cambia no hemos sido consumidos". El mensaje que ayer dio a Israel, lo da hoy a su Iglesia:

(Repaso de Divisiones)